domingo, 25 de octubre de 2009

LOLA




Clap, clap, clap, sus tacones de plataformas resonaban en la callejuela oscura y vacía, clap, clap, clap la luz amarillenta y pobre de la farola hacia que sus lentejuelas emitieran pequeños destellos rojizos, su minifalda ceñida dejaba ver las medias de seda que intentaban disimular demasiado músculo.
Su contoneo exagerado natural esa noche iba acompañado del contoneo eufórico del misterio blanco del espejito de su polvera, demasiado maquillaje, demasiado rimel y demasiado polvo blanco.
Lola, se mecía encima de sus plataformas al caminar y eso molestaba, molestaba a los cuatro machos agazapados en un rincón aguantando las risas y las ganas de que Lola llegara donde uno de ellos la había citado.
Antes de haberlos visto algo le estallo en la espalda, cayó boca abajo en el suelo, aturdida abrió los ojos y vio cuatro pares de botas con puntas de acero, una de ellas se acerco a su cara tan deprisa que no le dio tiempo a reaccionar,¡¡¡MARICON DE MIERDA¡¡¡, le retumbo en los oídos, eso fue lo que la puso alerta y desparramo chorreones de pánico por todo su cuerpo dolorido, lloraba mientras la llenaban de golpes e insultos, lloraba como llora una mujer cualquiera cuando no tiene fuerzas para defenderse, ella nunca supo pegar, siempre le gusto mas coser y cantar.
Cuando se cansaron, entre risas y dando palmadas se fueron alejando, Lola tirada como una piltrafa en la callejuela vacía y oscura veía su sangre en el suelo mezclada con su pestaña postiza, se levanto dando trompicones, llorando, le habían roto dos costillas y un tacón de sus lindas plataformas plateadas, ya no se contoneaba, renqueaba como podía clan, phsssssssssss, clan, phssssssssssss, mientras por el camino se tragaba las lagrimas mezcladas con mocos ensangrentados, solo atinaba a decir en voz baja y temblorosa “ ¿por que me pegaron, por que?”.
Desde ayer se encerró en su jaula de piel masculina, dejo de ser la Lola que cose y canta, volvió a ser Lolo el de la mirada melancólica y ambigua.

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